Cómo saber si está siendo amenazada tu autoestima
¿Sientes un pinchazo ante el éxito de un amigo o te crees incapaz de hacer algo antes de empezar? Quizá esté tu autoestima amenazada ¿quieres saber más?
Tal vez pienses que tienes una autoestima a prueba de balas, tanques, bombas… Y es posible que seas una de esas personas que no se ha visto nunca ante la certeza de sentirse mal consigo mismo, siquiera por un momento.
¿Te convierte eso en una persona que siempre tendrá una autoestima sana?
Lamento informarte de que no.
¿Por qué?
Porque tu autoestima no es estática, inmutable, eterna.
¿O acaso sientes y piensas exactamente igual ahora que hace cinco años, o 10, o que cuando eras adolescente?
¿Puede tu autoestima ser amenazada sin que te des cuenta?
Pues tengo que decirte que definitivamente: sí.
¿Y por qué?
Tu autoestima es el conjunto de pensamientos y emociones que tienes sobre ti con respecto a tu entorno. Esos pensamientos y emociones (y los sentimientos que conllevan) no son estáticos.
Esa “elasticidad” de la autoestima conlleva que pueda ser modificada de forma paulatina (para bien o para mal).
Si no realizamos una serie de acciones potenciadoras de una autoestima sana, las actitudes no asertivas pueden calar en nosotros.
¿Cómo calan en nosotros las actitudes no asertivas?
De forma casi imperceptible, para empezar. Cada pensamiento no asertivo es una gotita. Cada vez que no nos respetamos, otra gotita. Cada vez que permitimos que nos hablen mal, otra gotita. Cada vez que nos hablamos mal, otra gotita.
Y no pasa nada ¿verdad? Solo son gotitas…
No obstante, gotita a gotita, esas actitudes no asertivas van tomando un cuerpo considerable. Tanto, que pueden llegar a formar parte de nuestro día a día, sin que nos apercibamos de ello. Pasando de ser simples gotitas que casi ni nos mojan, a un chaparrón que nos deja calados.
Y tú dirás: “ ¡Qué importan los chaparrones, habiendo paraguas!”
Cierto, solo que a veces, cuando uno tiene la autoestima “tocada”, se moja, pese a tener paragüas. Y es que no basta con saber cómo se usa. También es importante no dejarse llevar por la ansiedad, la tristeza, los pensamientos negativos…. Y concentrarse en lo que sí podemos hacer.
De otro modo, usaremos el paraguas como Buster Keaton en este Gif:

Es evidente que Buster sabe usar un paraguas. Solo que se le ha olvidado colocarlo sobre sí mismo. Qué raro queda que proteja de la lluvia a un acompañante inexistente ¿verdad?
Pues algo así, más o menos, es lo que hacemos en ocasiones, al tener el autoestima tocada. Nos “empapamos” teniendo herramientas para cubrirnos. Y , como Buster, tal vez cubramos a “otros” que tal vez no necesiten de nuestra protección.
¿No estaría mejor Buster usando su herramienta protectora consigo mismo? Es evidente que nadie más, sino él, la necesita realmente ahora mismo. De este modo, de requerirle alguien mañana para algo necesario en verdad… ¡no se lo encontraría teniendo que guardar cama con un gripazo… o algo peor aún!
Cómo saber si tu autoestima está siendo amenazada
Cuando todos los días resultan iguales es porque el hombre ha dejado de percibir las cosas buenas que surgen en su vida cada vez que el sol cruza el cielo. Paulo Coelho
Como la autoestima es algo que se forja a diario, es importante no descuidarla. Especialmente cuando nos encontramos en situaciones vitales delicadas o estresantes.
En un futuro post hablaremos sobre factores que amenazan tu sana y qué hacer al respecto. Sin embargo, hoy nos vamos a centrar en detectar cómo podemos saber que nuestra autoestima puede estar siendo amenazada.
Podemos englobar la respuesta con esta frase:
Presta atención a cómo te piensas, cómo te hablas y cómo te tratas. #AutoestimaSana
Ahora mostraremos algunos de los síntomas que van mostrando, de forma escalonada y gradual cómo puede estarse viendo amenazada nuestra autoestima:
23 síntomas de autoestima amenazada
- No tienes sueños o ambiciones o los tienes, pero tan poco concretos que no tienen apenas fuerza… o forma.
- Se te ocurren más excusas que alicientes para llevar algo a cabo.
- Te cuesta pensar en positivo.
- Crees que los demás tienen más facilidad que tú para desempeñar tareas.
- Estás triste a menudo.
- Te cuesta expresar tus sentimientos u opiniones.
- Te cuesta poner límites a los demás, incluso aunque te falten al respeto o te hagan daño.
- Tienes exceso de ansiedad.
- Tienes pensamientos negativos tristes o sobre ti.
- Te exiges demasiado.
- Te cuesta tener trato con otras personas.
- No te gusta demasiado mirarte al espejo
- Estás más inseguro en el amor.
- No te apetece cuidarte o cuidar tu aspecto.
- Te analizas constantemente a ti mismo y a tus habilidades y actos.
- Hablas mal de ti.
- Te importa en exceso lo que los demás piensen sobre ti.
- Das por hecho que los demás piensan mal acerca de ti.
- Disminuyes tus actividades con otras personas debido a inseguridades, miedo o lo que crees que piensan de ti (o crees que sienten).
- Te cuesta confiar en los demás.
- Tienes miedos irracionales.
- Piensas que el mundo es un lugar hostil.
- No piensas en tu futuro o lo ves como un motivo de tristeza o ansiedad.
Una canción relacionada… al menos para mí:
Se trata de Raindrops Keep Falling’ On My Head, de B. J. Thomas, una canción que me encanta, incluso desde antes de hablar inglés y comprender su letra. La primera vez que la escuché fue de niña, viendo la película «Dos Hombres y Un Destino«, con Paul Newman y Robert Redford. De hecho, buscaba un vídeo en el que salieran las imágenes de esta película subtituladas al castellano para acompañar este post.
En mi búsqueda, al final he encontrado este vídeo en el que Peter Parker (alter ego de Spiderman) momentáneamente pierde sus poderes y «apechuga» como solo él sabe hacerlo. Sin más, te dejo con esta maravillosa canción y esta divertida escena:
Imagen destacada original de ToNic-Pics, con permiso CC0 en Pixabay.com y editada por Rosa Palmer.
Y tú ¿qué has hecho cuando has sentido tu autoestima amenazada?
¡Sin Spam!
Cada vez que un blogger hace spam
el vínculo con sus seguidores tiembla.
Puedes indicarme qué tipo de información no quieres que te envíe.