Cadena de sueños: la contagiosa motivación de tus logros
Nuestros logros son una fuente de motivación. Te invito a construir una cadena de sueños, y que la motivación se expanda a nuestro alrededor. ¿Me ayudas?
Este post arranca de la noticia titulada «La emoción de una pareja gay al conocer por primera vez a su hijo recién nacido». Através de esta noticia, voy a hablar de amor, de emociones, de sueños, de contagiarnos en positivo… y voy a invitarte a que me contagies y contagies a los demás con tus sueños y los pasos que des para conseguirlos.
Ayer por la mañana, como de costumbre, visité mi Feedly para descubrir qué había sucedido en el mundo, qué habían tenido la generosidad de compartir personas que escriben en blogs, webs y prensa impresa, y al hacerlo me topé con esta noticia.
A raíz de la lectura de la noticia , incluso sin haber pasado del titular, arrancó en mí un viaje con y através de distintos pensamientos y emociones que despertaban las palabras, la imágen que acompañaba y el significado, los significados que iba adjudicándole en ese viaje mental-emocional sobre el que estoy escribiendo.
Pensamiento negativo convertido en germen positivo
Me sentí molesta por convivir en una sociedad en la que fuese necesario remarcar que los protagonistas adultos de la noticia tengan una orientación sexual u otra. No pude sino sentir un tanto de ansia, de prisa, por vivir por fin en un mundo en el que no tuviesen que añadirse palabras como «gay» y tantas otras que a través de los siglos han supuesto discriminación, positiva o no, al titular de ninguna noticia.
Me vi inmersa en molestos pensamientos negativos acerca de la intoleracia, la injusticia, lo absurdo que me ha resultado siempre que un ser humano se sienta mejor o superior a otro con tanta facilidad y lo terrible que es que esa presunta superioridad haya creado tanto dolor a lo largo de la historia. Dejé que las emociones, sensaciones y pensamientos transcurrieran su propio camino. Entonces, y sólo entonces, mis ojos terminaron por posarse en la foto que acompaña la noticia. Esa foto, por sí sola, desintegró el malestar, la tensión, el enfado por haber visto el titular como muestra de carencias empáticas en la sociedad actual… Esa foto despertó en mí, súbitamente, una emoción que provocó escozor ocular, una sonrisa que iba más allá de los labios, provocó piel de gallina… ¡qué imagen más tierna, dulce y, sobretodo, inspiradora!
Entendí, con esa imágen, que esas personas estaban viviendo la consecución de un sueño. Un sueño que muchos otros en el mundo viven con la mayor de las normalidades, con relativa facilidad. Tal vez, sólo tal vez, dejando de ver el regalo que es la vida en sí, no sólo la de un bebé: la nuestra también.
Continué mirando la foto. Por algún motivo, sentí en ese momento que los sueños que tengo, los que tendré en un futuro, no tienen porqué quedarse congelados en forma de ilusión, más aún si los siento o vivo con intensidad y cabe la posibilidad de crear una estrategia, una red de soporte-ayuda-colaboración, un stock de positividad, creatividad y enfoque. No hay sueño más imposible que el que no permites aflorar.
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La lectura de la noticia me llevó a conocer un poquito más a estos dos hombres, más allá de lo que su expresión corporal estaba mostrándome de ellos. Y pude saber parcialmente cómo habían vivido las situaciones previas a la bellísima foto.
No pude sino sentir gratitud por aquellas personas que saben anticiparse a cuanto, dentro de una normalidad, puede sucederle a su entorno y se informan acerca de cómo mejorar por poco que sea esa vivencia nueva, extraordinaria o dura. Alegría y casi orgullo de conocer en lo personal y en lo no-personal a seres que convierten lo que no debiera de ser excepcional en un oasis. En un oasis mágico que transforma el desierto de su alrededor, por el mero hecho de su existencia, en menos árido, menos desolador. Un oasis que, con un positivo efecto mariposa, podría ir creciendo, multiplicándose, hasta llegar a conseguir que la intervención positiva en su entorno, ligera, sutil o inmensa, no vuelva a verse como oasis jamás.
Volví a mirar de nuevo la foto y el titular y ya no sentí tanto malestar por el hecho de que se hubiese incluído la palabra gay. Lamentablemente, aún en el siglo XXI, infinidad de seres humanos se ven obligados a tener que luchar por no ser discrimidados, para poder sentirse libres, para poder vivir con espontaneidad experiencias que no debieran ser costosas. Es un logro no sólo como personas gays, sino como seres con capacidad de amar también, que hayan logrado la concepción de ese bebé, la ampliación de su familia. Quizá era necesaria la palabra gay en el titular para ayudar a quienes aún tuvieran algún prejuicio contra la maternidad-paternidad homosexual fueran capaces de ver, a través de la noticia y la fotografía, que lo verdaderamente importante no es tu orientación sexual, sino tu capacidad de amar y tu intención de desarrollar tu rol lo mejor posible, ampliando a cada momento tus capacidades y conocimientos. Aptitud y actitud.
La ¿crisis? que nació en 2007 ha arrastrado a muchos de nosotros a nivel mundial a luchar en lo personal o en lo público para evitar que se desintegren derechos que deberían de formar parte de nuestro mundo de una forma más sencilla e incuestionable. La deplorable y vergonzante gestión de quienes oficialmente se encuentran en el poder ha convertido nuestros derechos en sueños que parecen alejarse de nosotros a cada año que pasa, sin que salgamos de esta horrible situación por el momento. Y nuestros sueños, los que teníamos entonces y los que han ido surgiendo entre tanto, corren el desolador riesgo de terminar en la bandeja de los improbables, en la papelera de los imposibles.
Volví a mirar esa foto y me dije que no merecíamos, quienes hemos padecido la crisis de algún modo, sentirnos ni víctimas ni parte culpable de ella, que «vivir por encima de nuestras posibilidades» es una frase castradora de realidad y de posibilidades que no debería de haberse sacado jamás de la chistera de nadie, y menos aún si haciéndolo arrastraba la positividad, la ilusión y la propia visión del grueso de la población. Esto es: de sus congéneres, de personas que no entiendo que no hayan valorado como importantes, vitales, iguales… merecedoras de respeto, esperanza y salud, entre tantas otras cosas.
Vuelvo a mirar la foto ahora y me digo que merecemos tener y colgar fotos en nuestros espacios del mundo físico y 2.0, en las que estemos acariciando por fin nuestros sueños, o las metas previas a conseguirlos. Porque nadie tiene derecho alguno a explicarnos cuáles pueden ser nuestras posibilidades, a limitarlas oscuramente, a decirnos cómo podemos ser, qué podemos soñar, porqué debemos luchar. Nadie tiene derecho a destruir nuestra capacidad de ser felices. Nadie tiene derecho a hacernos creer que debemos renunciar a ser nosotros mismos, a nuestros sueños, que somos culpables directos e indiscutibles, únicos, de la crisis y cuanto recorte o sablazo se le ocurra a quienquiera que tome las decisiones que estamos padeciendo a diario. Nadie tiene derecho a convertir nuestra patria en cárcel, motivo de desesperanza o miedo, lugar del que terminar por sentir ganas de salir corriendo.
En este post te invito a que compartas conmigo y con el mundo, sobretodo con aquellos que no se atreven a soñar aún, que no se atreven a ponerse manos a la obra con sus propios sueños, una imagen, unas palabras, un vídeo… con la etiqueta #CadenaDeSueños, que muestre la consecución de tu sueño, actual o del pasado, los pasitos que estás dando para lograrlo. Porque da igual cuánto tardes en conseguirlo, cuantos intentos necesites. El mero hecho de que lo intentes ya es un logro. Y, como tal, motivo de alegría y, si me apuras, de celebración.
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Tu aportación puede emocionar, motivar, ser una llamada a la acción para alguien que esté necesitando renovar su fe, sus fuerzas, su confianza. Tu aportación puede ayudarte a recordar tu lucha, tus logros, tu fortaleza y que cuanto puedes desear, puede también volverse realidad. Tu aportación puede ayudar a que quienes no comprenden la importancia de tus logros terminen por verlos de una forma más amplia y valoren más tus esfuerzos y los de personas que, como tú, decidieron soñar activamente.
Aquí tienes una mía: la foto de la primera publicación de un texto propio: «La calor dels peus freds» en la Antologia de joves narradors de Mallorca.
¿Me ayudas con la #CadenaDeSueños? ¿Cuál es tu sueño?
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