¿Son tan raras las habitaciones del llanto?
En un mundo en el que sentirnos bien y ser personas efectivas no es algo que simplemente nos gustaría, sino que también puede llegar a parecer que se nos requiere que mostremos ¿son tan raras las habitaciones para el llanto?
Contextualizando las habitaciones del llanto
«El llanto es a veces el modo de expresar las cosas que no pueden decirse con palabras.» Concepción Arenal.
El honne y el tatemae ¿inexistentes en el mundo occidental?
Es habitual al interesarte por distintas culturas, encontrarnos con que han dado la suficiente importancia a ciertos conceptos como para crear un término oficial para ellos. Este es el caso del honne y el tatemae en Japón.
Desde pequeña practico el juego de tratar de adivinar los significados de palabras extranjeras que desconozco. Debo admitir que en este caso mis suposiciones se quedaban más que alejadas de la realidad.
¿Qué dirías que significan estas palabras?
Empezaré por la segunda, que creo que despista más en mi particular juego. Tatemae es el concepto japonés que incluye aquello que haces públicamente. Es decir, tu versión pública, aquello que consideras que no te puede perjudicar socialmente. No olvidemos que uno de los grandes tabús de Japón parecen ser las emociones, ciertas emociones. Las que nos hacen parecer vulnerables.
Sigamos con Honne. Aquí, tras saber el significado, cabe un juego de palabras: honne, aquello que honestamente vives en tu interior. Aquello que te guardas para ti.
¿Resulta esto realmente tan apartado del mundo occidental?
Considero que es habitual y, hasta cierto punto, sano mantener ciertas partes de tu emotividad, sentimientos, experiencias… dentro del marco íntimo. Y creo que, en cierta medida todos practicamos un poco de honne y tatemae de forma consciente e inconsciente. ¿Acaso muestras en todo momento tus sentimientos y preocupaciones? ¿Te has sentido libre en todo momento de expresar aquello que se esconde en tu interior o has considerado mejor alguna vez guardártelo para ti, pensando que podría “verse mal”?
Por supuesto que la presión social en otros países, como por ejemplo España, es muy distinta. Y no sería nada respetuoso ni acorde a la realidad desestimar la terrible presión que sienten con respecto a su emotividad los nipones.
El éxito dejó de ser feudo masculino
El éxito en los negocios y profesiones ha dejado de ser un terreno exclusivamente masculino a lo largo del último siglo. Japón no es una excepción. Esto ha motivado que las mujeres japonesas se vean en la tesitura de convivir con distintos tipos de estrés para los que no han tenido preparación previa.
Si las mujeres occidentales no siempre nos sentimos respaldadas en nuestras carreras profesionales ya no solo por ciertos hombres, también por ciertas mujeres que no entienden que “nos metamos en según qué fregaos” ¿cómo experimentarán las japonesas el querer realizarse también en el ámbito profesional?
¿Te imaginas no poder hablar sobre tus inquietudes y miedos con el temor de que puedan entenderse como vergonzantes? O peor aún ¿te imaginas con la presión de tener que ver tus sentimientos como algo vergonzoso?
Si te parece sorprendente que una sociedad se haya visto en la tesitura de crear los conceptos de tatemae y honne para recordarse de compartimentar sus emociones, te advierto que los conceptos que prosiguen son aún más extraordinarios.
¿Y qué hay más impactante que la imposición socio-cultural de encerrarse a uno mismo bajo siete candados?
El karoshi o muerte por estrés laboral
En España, por ejemplo, estaríamos hablando de estrés, de enfermedades coronarias, de ansiedad, de insomnio… no señalaríamos al estrés laboral como causa de mortalidad.
No obstante, en Japón, las jornadas laborales interminables, la presión por conseguir los objetivos, la alta competitividad… su forma de entender su vida laboral es tan demandante tanto de cara a la sociedad como de cara a un@ mism@, que el pueblo nipón ha desarrollado el concepto de muerte por estrés laboral o karoshi.
¿Cuántas personas dirías que fallecen en Japón al año por muerte por estrés laboral?
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) cerca de 10.000 personas fallecen al año debido al karoshi o muerte por estrés laboral.
¿Sigue sorprendiéndote que hayan tomado la decisión de ponerle nombre? ¿O tal vez los otros países deberíamos echar un vistazo más detenido al estrés laboral y sus efectos en nuestras vidas… y nuestras muertes?
El karojisatsu o suicidio por estrés laboral
Los motivos por los que una persona puede decidirse por el suicidio son extremadamente personales y muy complicados de comprender para los demás. Incluso aunque no compartimenten tus experiencias de forma tan drástica.
Una persona, con posibilidades de ser feliz, llega a unos límites ingentes de estrés. Tanto, que le supera de tal modo que no ve salida salvo el suicidio: a esto le llaman karojisatsu.
¿Pero se suicidan solo por estrés?
Si antes apuntaba a que los demás países tal vez debiéramos tener en cuenta el estrés laboral como posible causa de fallecimiento, ahora no puedo dejar de reseñar la posibilidad de que se ampliara la visión del karojisatsu. Y tuviéramos en cuenta también los distintos motivos que pueden llevar a los nipones a decantarse por el suicidio.
Además, si los datos que se analizan en parte son los facilitados por quienes sobreviven a los suicidas y no por los fallecidos ¿no es fácil que debido a unos excelente honne y tatemae no se conozcan los motivos reales que desencadenaron su decisión? ¿Es más puede llegar a saberse la totalidad de los motivos, conscientes e inconscientes que pueden llevar a una persona a realizar cualquier acción, no solo el suicidio?
Sea como fuere, está estimado que cerca de un 30% de esos 10.000 fallecimientos anuales por estrés laboral son karojisatsu o suicidio por estrés laboral.
Cómo surge la idea de las habitaciones del llanto
Cabe reseñar que, en los últimos años, están consiguiendo disminuir las alarmantes cifras tanto de muerte por estrés laboral como de suicidios (relacionados o no con él) aunque es innegable que continúan teniendo un arduo trabajo de concienciación y medidas por delante.
Teniendo en cuenta todo lo comentado arriba y la natural necesidad de hacer algo con nuestras emociones, especialmente con las que nos crean malestar o dolor, no es extraño que hayan pensado en distintas opciones para reconducir la situación, como la que nos ocupa en el post de hoy: las habitaciones para llorar.
Llorar alivia, es de manual
Pues sí, concretamente del manual: «Kokoro ni kiku namida serapi» que he visto traducido en distintas ocasiones como La terapia de las lágrimas efectiva para el corazón.
Tras la trascendencia del citado manual, en el hotel de cuatro estrellas Mitsui Garden de Yotsuy, de la ciudad de Tokio, decide crear un espacio con lo que ellos consideran idóneo para que sus clientas den rienda suelta a sus lágrimas y, con ellas se desprendan de su estrés y dolor.
Cómo son estas habitaciones
Son habitaciones sencillas, sin lujos (quien sabe si para ayudarles a llorar mejor), aunque sí con ciertos detalles que están pensados para mejorar la experiencia a quienes se decidan a pagar los entre 78 y 148 euros que cuesta la habitación, según su tamaño.
«No hay mayor causa de llanto que no poder llorar.» Séneca.
Por ello el hotel ha decidido facilitarles el esfuerzo. En la habitación disponen de un kit de películas que la dirección del hotel considera lacrimosas, además de algunas lecturas manga y el citado manual. Para las más indecisas, incluyen un breve cuestionario para optimizar este nuevo arte de llorar a moco tendido. ¡Sin límites, que proveen de una buena cantidad de pañuelos de papel!
Y como a nadie le gusta la pinta que se le queda inmediatamente después de desahogarse, han añadido distintos enseres como un antifaz y parches calmantes.
Parece ser que aún no han pensado en detalles que podrían llevar la iniciativa un poco más allá como la posibilidad de poder charlar con alguien con respecto a los motivos que las llevaron allí, talleres para desarrollar otras herramientas desestresantes o productos típicos para momentos tristones como por ejemplo dulces o canciones como Hurt de Johnny Cash o alguna de Adele.
Solo para mujeres ¿discriminación o márketing?
«A las mujeres les está bien llorar, a los hombres recordar.» Tácito.
La dirección del hotel ha habilitado estas habitaciones, las nakeru heya pensadas exclusivamente para las mujeres. En las que, dependiendo de sus preferencias, pueden pernoctar solas o de dos en dos, previo pago.
Los hombres, pese a no estar exentos de estrés y emociones negativas, tendrán que contentarse con otro tipo de ofertas.
No olvidemos que se supone que las mujeres estamos más predispuestas biológicamente a dar rienda suelta a nuestras emociones. Y, teniendo en cuenta que los hombres ya disponían de otro tipo de servicios de las más diversas índoles para ir toreando su estrés laboral, no es de extrañar que el hotel llegara a la conclusión de que su público sería predominantemente femenino. Y qué mejor que contentarlas con la idea de la exclusividad.
La cuestión es ¿se equivocaron al llegar a esa conclusión? Recientes estudios demuestran que los hombres tienen una emotividad que puede incluso ser más alta que la de las mujeres. Es decir, que contrario a lo pensado hasta no hace mucho, no es que los hombres declinen tratar la emotividad por ser ajenos a ella. Simplemente tienen otra forma de convivencia con la emotividad.
Conclusión
Es importante aprender a ver las cosas de distintas perspectivas no solo para liberarnos de malestar, sino para poder desarrollar las capacidades necesarias para que este no tenga lugar.
El llanto es una forma de desahogo bien reconocida. Es útil, incluso necesario, en ocasiones. Aunque yo particularmente no lo recomiendo como herramienta, si no va acompañada por otras que tengan carácter más constructivo.
¿Es tan raro, verdaderamente, pagar por llorar en una habitación de hotel?
La vida tiene momentos para todos los gustos y colores. Y, en ocasiones, incluye de los que necesitas de un buen surtido de pañuelos de papel. Sentir un estrés o pena que entonces entiendes como extrema o insoportable suele ir asociado de la necesidad de vivir esa experiencia en una intimidad total que no siempre podemos disfrutar en nuestro hogar.
A veces apetecería soltar lastre y sentirnos más fuertes antes de compartir, si así nos decidiéramos, los motivos que nos llevaron a sentir así.
¡Cuantas personas a lo largo de los siglos no habrán tomado una maleta y tratado de encontrar un cobijo en el que moquear y patalear a gusto!
¿Son tan innovadoras entonces las habitaciones para el llanto?
Bueno, no olvidemos 12 DVDs, ni la colección de manga para ayudarse a arrancar… 😉
«Llorar no indica que eres débil. Desde el nacimiento, siempre ha sido una señal de que estás vivo.» Charlotte Brontë
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