¡Dos años de Por el camino azul!
Revisión de Por El Camino Azul en su segundo aniversario, analizando su historia y contextualizándola con la leyenda de Sant Jordi.
En tal día como hoy, en el Sant Jordi y Día del Libro de hace dos años, salió a la luz Por el camino azul. De esto, de temores, de miedos, de leyendas y de cuánto supone enfrentarse a las situaciones vitales negativas, hablaremos, si te apetece, en este post.
Si bien es cierto que la lectura y la escritura son dos de las pasiones íntimas más abordadas a lo largo de mi existencia, el hecho de tomar este preciso día como fecha de lanzamiento de mi blog personal fue algo más bien instintivo.
Tenía cierta prisa: la de la ilusión, la de saber que estás llevando a cabo algo interesante, un reto, algo que te llevará un tanto más allá en esto tan maravilloso que es conocerse más en profundidad.
Anoche, pensando en las múltiples leyendas que envuelven la historia del día de Sant Jordi, terminé por detectar otra nueva conexión. Es lo que tiene practicar la escritura creativa: encuentras nexos literarios, tal vez psicológicos, en casi todo aquello que te rodea.
La leyenda de Sant Jordi
Amalgamando un poco la leyenda, parece ser que existía un grandioso dragón a las afueras de un pueblo. No contento con asustar con su presencia, el dragón además infectaba el aire y el agua con su aliento apestoso. Esto provocó que el ganado de las cercanías se viese diezmado.
Hambriento, el dragón amplió su territorio de caza, acercándose más a las murallas del pueblo. Los habitantes, alarmados ante la amenaza que suponía el monstruo, se decidieron a sacrificar animales. Aterrorizados, vieron como no resultaba ser paliativo alguno: el dragón permanecía al acecho. Y ya sólo se les ocurrió tomar un puchero e introducir el nombre de todos en él, incluidos los del rey y la princesa. Una mano inocente tomaba cada día el nombre de quién debía morir en sus fauces.
Hasta que un día, el nombre elegido fue el de la princesa. Ella, afrontando su destino, salió de las murallas del pueblo. El dragón, con la terribilidad de su aspecto, sus garras y aliento, avanzó hacia ella. Apareció entonces un caballero, que pese a ser menor en cuanto a tamaño, no lo fue en cuanto a valentía. Atacó con ferocidad al dragón.
Tanto daño le causó al animal, que este se sometió al caballero. Solo entonces, ató Sant Jordi el cuello del ahora derrotado dragón al cinturón de la princesa. Y así, reducido, atado y manso, lo llevaron al pueblo.
Frente a todos, el caballero le asestó un terrible golpe de lanza. El dragón murió. Corriendo un charco de sangre del mismo hacia los pies del caballero, donde creció un rojo rosal del que Sant Jordi tomó una rosa para la princesa.
Los comienzos del blog
Cuando comencé a escribir este blog me encontraba al acecho de mi propio dragón, mis propios dragones. Estaba en desempleo en una época en la que las oportunidades parecían ir desvaneciéndose exponencialmente. Vivía el fin de una relación que cada día tenía menos sentido. Comenzaba a ver mi edad más como un handicap que como una virtud… más los problemas e inconvenientes surgidos de todo ello.
Le di vueltas a la situación y a cómo me sentía en ella. Noté que merecía y requería un cambio. Ahora entiendo que un cambio mucho más amplio de lo que parecía entonces.
No podía permitirme el lujo de continuar poniéndome sobre las espaldas toda esa sensación de temor y muerte de oportunidades y sueños. Es más, no estaba dispuesta a ello. Costara lo que costara, me dije al fin, iba a conseguir darle la vuelta a la situación. Paso tras paso. Día tras día.
Pude darme cuenta que, como el caballero, si me enfrentaba a esos miedos, a aquello que veía a mi alrededor y justo hasta entonces había considerado como amenazante, estos parecían empequeñecer, perder empaque, importancia, relevancia…
Y a cada paso que daba, más alegría, apoyo y compañeros iba encontrando aquí y allí. La crisis, más pequeña a mis ojos, el desempleo, no tan horrendo; los sueños, no tan lejanos y con un nuevo sentido.
Sucedía que, súbitamente, había descubierto que cuando mi Abuelo me llamaba “Roca” no era un simple y sencillo juego de palabras suyo, que también. Él había visto en mí algo que yo aún no estaba preparada para notar: mi resiliencia, mi fuerza.
Cada vez que me he adentrado en Blogger (hasta noviembre de 2015) para escribir una nueva entrada o post, ha supuesto para mí un nuevo paso frente a mis dragones y hacia mis sonrisas. Cada nuevo escrito, una pregunta más por investigar, una nueva aventura que recorrer, una nueva forma de ver mi entorno, el mundo, el ser humano… a mí misma.
Espero que en este camino que hoy cumple 2 años, alguno de mis escritos te haya aportado un buen rato de lectura, alguna otra pregunta que investigar, una visión distinta de alguno de tus dragones. Espero que algún día, alguno de mis textos accionen el interruptor del interior de alguien, como también ha hecho conmigo, y la visión de sus propios dragones no resulte ya amenazante, sino motivadora.
Sea como sea, te convido a que continúes paseándote Por el camino azul, juntos, de la mano, podremos desentrañar cuantos misterios encontremos en la mente humana, en las relaciones humanas, en la creatividad… te convido a que compartas tus dudas y sentimientos, aquello que ya has andado con respecto a los temas que trato aquí, semana a semana.
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Compartir es una acción que, conforme aprendes a llevarla a cabo, poquito a poquito, te aleja del dolor y el sufrimiento, de la soledad, del no saber qué hacer.
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