Sophia Loren: a través de sus palabras
Sophia Loren es una destacada artista de la interpretación del siglo XX. Atesorada en nuestras mentes junto a expresiones como: voluptuosidad, talento, de bandera. En este post deseo mostrártela a través de sus frases, para que no te pierdas la filosofía que regala esta marca impactante.
Esta semana me he tomado la licencia bloguera de publicar hoy en vez de ayer. Y es que me apetecía tener una cita muy especial.
Como seguro que has adivinado, mi cita especial es con Sophia Loren. Eso sí, no con la Sophia artista, sino con la persona. Y, más allá, con la filosofía que cobijan las palabras de la artista.
Contenidos que encontrarás en este artículo
- 1 Más allá de la voluptuosidad y el talento
- 2 Del “palillo” feo al nacimiento de la mujer
- 3 ¿De la belleza al éxito?
- 4 Sophia Loren: Honestidad, conexión y marca profesional
- 5 Éxito: enfoque y profesionalidad
- 6 La Familia, su obra de arte
- 7 Francia: tranquilidad y cárcel
- 8 Lucha por limpiar su imagen
- 9 La Mujer, con mayúscula
- 10 ¿Belleza a prueba del paso del tiempo?
Más allá de la voluptuosidad y el talento
Como podrás ver a lo largo de este texto (que he dividido en apartados para que vayas a los asuntos que más te interesen), la Loren era más que voluptuosidad y talento. Más que una belleza distinta y un empaque indiscutible.
Para conocer mejor ese añadido tan singular, me he decidido a escribir una biografía salpicada de frases de Sophia Loren. Permitiendo así que sea ella misma quien muestre aquello que me fascina en ella.
Del “palillo” feo al nacimiento de la mujer
¿Palillo, Sophia Loren? Esta chica debe de haberse vuelto tarumba…
Lo cierto es que ella misma ha relatado no pocas veces como, en su tierna juventud, era llamada palillo. Y es que la exuberancia que tanto la ha caracterizado tardó en aparecer.
La madre de Sofia, Romilda, era una mujer bellísima. Con una belleza clásica, rubia. Una belleza que la hizo ganadora del certamen de belleza en el que se buscaba a la nueva Greta Garbo. ¿Cuál era el premio? Viajar a Hollywood y ampliar su horizonte profesional.
Entonces ¿fue también famosa la madre de Sophia Loren?
Podría haberlo sido, perfectamente. Sin embargo, la abuela de Sophia se negó a que aceptara el premio.
¿Por qué?
En aquella época, formar parte del mundo del espectáculo no estaba demasiado bien visto. Hollywood, además, era para muchos sinónimo de depravación, sexo y excesos.
Por si eso fuera poco, “La Mano Negra”, una organización mafiosa afincada en Estados Unidos les “ofreció” protección a cambio de una suma de dinero.
Infancia de abandono, pobreza y guerra
Desestimada la idea de labrarse un futuro en América, Romilda consiguió un papel en una película que se rodaba en la capital italiana. Fue en el rodaje de esa película sin terminar cuando supo que estaba embarazada de Riccardo Scicolone, un arquitecto con el que tenía una relación.
Esta podría haber sido solo una forma distinta de experimentar la familia. Basada más en los sentimientos que en la burocracia. Y podría también haber sido una forma espontánea de vivir con felicidad.
Podría.
De no haber sido porque Riccardo tenía otros planes para sí y abandonó a ambas.
A Romilda no le quedó otra que regresar a Pozzuoli, donde las acogió su madre, con amor y ternura. No tanto el pueblo que, de moralidad católica y rígida, veía con malos ojos esa niña concebida fuera del matrimonio.
Pasado un tiempo, y con la ilusión de recuperar a Riccardo, Romilda volvió a Roma. Reconquistó entonces al padre de su hija… y volvió a quedarse embarazada de él.
Riccardo reconocío tanto a Sophía, la mayor, como a Anna María. Sin embargo, jamás se casó con su madre, que tuvo que resignarse a volver de nuevo sin marido a Pozzuoli.
«Mi padre nos abandonó a mi madre, a mi hermana y a mí y en esa época pasé hambre. Hasta el punto de dolerme el estómago». Sophia Loren
Debido a la guerra, Roma distaba mucho de ser la ciudad imponente que había sido antaño. La abuela, los tíos, la madre y las niñas se trasladaron a Nápoles, ciudad que tanto adora la artista.
Por si no bastaba la guerra, en Nápoles hubo una epidemia de tifus… y el Vesubio erupcionó.
Toda una catástrofe ¿verdad?
Por suerte la filosofía de la familia era afrontar lo que les viniese, incluso cuando se quedaron sin hogar. Y es que para ellos era más importante el vínculo familiar, que un techo sobre sus cabezas.
Una belleza inusual y en crecimiento
Sophia pasó de ser “el palillo” a comenzar a desarrollar esas curvas por las que es mundialmente reconocida. Animada por su madre, se presentó a varios concursos de belleza.
Normal, podríamos pensar. Siendo una mujer bellísima.
Lo cierto es que tal vez lo vivió con cierta inseguridad, con la impresión de estar fuera de lugar. Y es que criarse como hija de una belleza clásica, tan distinguible y de atractivo significativo, había supuesto para Sophia sentirse como un “palillo feo”.
Sea como fuere, a la temprana edad de 15 años ganó un concurso de belleza. Algo que estableció un antes y un después a nivel profesional. Además de reforzar ese hecho de que existen muchos tipos de belleza, más allá de la clásica. Como existe también belleza más allá de lo físico.
¿De la belleza al éxito?
“El destino se activa cuando le echas una mano sin caer en el fatalismo”. Sophia Loren
Son muchas las mujeres que han obtenido éxito debido principalmente a su belleza y a aquella esencia que trasmitían a través de sus gestos, su carisma y la elección de acciones que reforzaran la imagen de esa esencia.
Podríamos pensar que también es el caso de Sophia. Que llegó a Cinecittà con su voluptuosidad y su esencia de mujer de bandera, de heroína, de belleza enigmática, sabia… y todos se rindieron a su paso.
La realidad es que esa belleza tan cautivadora suya aún estaba en ciernes entonces. Y era rechazada una y otra vez.
«Nunca fui linda como una muñeca. Cuando comencé, no me querían contratar porque tenía una boca demasiado grande. Sufrí muchísimo porque decían que no era fotogénica, pero poco a poco, con buenos operadores [de cámara], hasta mi nariz se volvió más chica». Sophia Loren
Admitámoslo: sí, tiene la boca con un marcado tamaño. Pero ¿le impide eso ser bella?
Figurando en Cinecittà
Aún utilizando el apellido de nacimiento, Scicollone, apareció en Cinecittà (los famosos estudios de cine italianos) de la mano de su madre.
Era entonces una adolescente y una podría pensar que permitía que su madre la gobernara. Sin embargo, hablando de esa época, Loren ha asegurado:
“Empecé con 15 años. Y entonces ya sabía lo que podía y no podía hacer”. Sophia Loren
¿Arrogancia? ¿O un profundo conocimiento de sí misma, sus virtudes y defectos, sus capacidades y limitaciones?
Diversificand
o su talento en foto-novelas
Con su nuevo apellido artístico, Lazzaro, probó suerte en el mundo de las fotonovelas.
Las fotonovelas eran un formato de éxito en aquellos momentos. Algo así como un cruce entre un reportaje fotográfico y un cómic, en el que para construir una historia se componen fotografías a las que posteriormente se añadirán texto y diálogos y se venderán en forma de revista.
En poco tiempo Sophia adquirió notoriedad, convirtiéndose en una estrella del género.
Sophia Loren: Honestidad, conexión y marca profesional
Volvió a Cinecittà, donde solo conseguía de tanto en tanto papeles secundarios. Y es que esa belleza particular suya, además de la falta de experiencia, eran entonces un hándicap.
En esos primeros años, tal vez como estrategia de marca profesional, alternó distintos nombres profesionales apareciendo en los créditos de las películas como Sofía Scicolone y Sofía Lazzaro o Sophia Lazzaro hasta que terminó por decantarse por su habital Sophia Loren.
Lejos de amilanarse, continuó confiando en su talento. Y reforzando su autoestima mientras construía su propia estructura de positividad. Esa filosofía de autoconocimiento y honestidad que le ha aportado el apodo de “la estrella filósofa”.
Sabía que tener belleza no te aportaba cuanto quisieras en la vida. Era preciso “trabajarse” aquello que deseas tener.
Ese trabajo de introspección (de conocimiento de cuanto le rodeaba, de su propio talento) y, sobre todo, esa honestidad conllevó que despertara el interés del destacado director Vittorio de Sica:
“Cuando conocí a Vittorio le conté que no lograba pasar ningún casting, quizá por ser tímida o por tener la nariz demasiado grande… Él me contrató sin hacerme una prueba. Trabajar con él en El oro de Nápoles (1954) lanzó mi carrera». Sophia Loren
Y es que estar en armonía con uno mismo y no tener miedo de mostrarse, de hablar de las propias limitaciones, nos lleva a conectar con los demás más allá de lo esperable a simple vista.
Vittorio no pudo sino ver esa fuerza, ese empaque que emana la Loren. Ese hambre de vida. Esa capacidad de lucha, resistencia e inteligencia.
Éxito: enfoque y profesionalidad
El trabajo realizado con De Sica le abrió las puertas a Hollywood. Algo que jamás había esperado conseguir.
¿Justicia divina compensándolas por todos los pesares?
¿El destino de madre e hija estaba escrito y debía, sí o sí, pasar por Hollywood?
Los papeles cinematográficos de Sophia se fueron sucediendo. Y no era solo debido a que comenzaba a verse su belleza de otro modo. Su carisma y su talento (gracias a la oportunidad que le ofreció De Sica) pudieron ser observados por primera vez con detenimiento.
Una mujer joven, decidida, con un gran trabajo emotivo realizado ¿la inseguridad desterrada de su vida?
La inseguridad no está reñida con el éxito
Los años de pobreza tuvieron una incidencia no solo en sus necesidades básicas, también en su formación. Si bien es cierto que adquirió de otro modo un aprendizaje vital profundo y exitoso, Sophia no podía evitar sentirse insegura.
«No recibí ningún tipo de educación y por eso, cuando salí al mundo, siempre tenía la sensación de que iba a fallar. Esa actitud me hizo sufrir mucho en la vida. Intenté educarme a mí misma a partir de lo que mucho que me daba la vida». Sophia Loren
Tanto era así que, ante su nominación a los Óscars por su actuación en “Dos Mujeres”, le pudo ese pánico escénico que siempre le ha apartado de los escenarios de teatro. Nació en ella una confrontación entre la seguridad en su talento y la inseguridad de afrontar sus emociones en público.
Ganó ese Óscar y eso sirvió de acicate. De “apuntalamiento” emocional, como ella cuenta en estas palabras:
«Tenía tanto miedo de desmayarme en el escenario que prefería hacerlo en mi casa en Italia. Cuando Cary Grant me llamó para decirme que había ganado tuve la sensación de que había logrado algo verdaderamente importante, de que era una estrella de verdad y nada podía vencerme. Era joven y por eso reaccioné así». Sophia Loren
La profesionalidad, tampoco está reñida con el éxito
El mito de las estrellas de cine, de las divas, está repleto de caprichos icónicos. Como llegar tarde, exigencias contractuales rimbombantes y excéntricas conductas en el plató. Sophia, pudiendo permitirse el lujo de ser este tipo de estrella, decidió comportarse como lo que era: una profesional.
Es conocida por ser la primera en llegar al lugar de rodaje. También por buscar la mejor interpretación posible, incluso a costa de recibir bofetones considerables o alargar más aún su jornada laboral a fuerza de nuevas tomas.
«Avanzar en una profesión difícil requiere de una gran fe en ti. Es por esto que algunas personas de talento mediocre, pero gran empuje personal, avanzan más que la gente con un talento superior». Sophia Loren.
Más allá de la belleza: el talento
Otro capricho icónico que no siguió la Loren fue proteger su imagen por encima de todo. Y es que aceptó papeles en los que aparecía más envejecida, con un maquillaje, vestuario y aspecto que distaba mucho de mostrarla como el sex-symbol que en verdad era.
Esta arriesgada decisión con la que no todos estaban de acuerdo nos ha dejado un buen significativo número de interpretaciones que no solo han conllevado premios. También un lugar prominente en la historia del cine italiano e internacional.
La Familia, su obra de arte
“Mi padre nunca se casó con mi madre, así que nunca tuve una familia con el padre, la madre y nosotras como hijas. Yo quería tener una familia normal.” Sophia Loren.
Con esa idea en la cabeza, la actriz estaba determinada a construir su nueva familia de forma sólida. Con alguien con quien pudiera tener una relación profunda, sincera y emotiva. Sana y estimulante.
Por el poder de la boda: polémica servida
Sophía, que no compartía la falta de compromiso de pareja de su padre, se casó en México con Carlo Ponti en el 57.
¿Y qué tenía esto de polémico?
Que Ponti y ella se conocieron cuando ella tenía 16 años y él casi cuarenta.
También porque a Ponti “se le había olvidado” el pequeño detalle de divorciarse de su primera mujer.
Y, ya para rematar, que la boda se celebró sin estar ellos presentes.
¿Qué… cómo?
¡Venga ya!
Como lees, la boda se celebró con dos abogados representándoles legalmente. Si este hecho te despierta desconfianza (normal, por otro lado), te diré que existen imágenes de esta más que inusual boda.
Y no, no hay beso. Porque en vez de “puede besar a la novia” se pronuncia un “sean felices” que salvó a los abogados de sellar el matrimonio de forma cariñosa.
¿Estaban locos?
Sí: locos por casarse. Por lo visto, los abogados les aconsejaron esta estrategia para conseguir su sueño marital.
Siendo el divorcio ilegal en Italia y la bigamia delito penado con la cárcel, esta primera boda con Ponti por poderes no terminaba de ser una buena idea. ¡Pero a originales no les gana nadie!
Sophia y la maternidad
“La maternidad siempre fue muy importante para mí. Si no hubiera tenido hijos, me habría retirado del cine”. Sophia Loren.
Tuvo varios abortos espontáneos. Que inicialmente creyó eran debido a su alto nivel de trabajo. Pero Sophia no es de las que se saben parar quietas.
Así que para conocer mejor sus opciones, buscó consejo médico.
La solución paradójica
A pesar de esa imagen tan tremendamente femenina, resultó que la actriz tenía déficit de estrógenos. Además, si deseaba lograr ser madre, no podía escaparse de estar 9 meses en la cama.
¿Ella, 9 meses quieta?
Su deseo iba más allá de la incomodidad que pudiera despertarle ese reposo. Y fue así como logró tener a su primer hijo: Carlo Junior.
Francia: tranquilidad y cárcel
La tierra francesa le aportaba los beneficios de poder vivir con tranquilidad, pasear por sus calles, y disfrutar de las amistades que tenía allí. Todo ello sin sentirse juzgados por su amor bígamo.
También le trajo una estancia en la cárcel.
¿Sophia Loren, en la cárcel?
Por acción u omisión, lo cierto es que la napolitana no cumplió con su deber con respecto a los impuestos. Detenida en 1977 y acusada junto a su marido, Carlo Ponti, de fraude fiscal. Se dice que lograron temporalmente evitar terminar en la cárcel con la estrategia de obtener la nacionalidad francesa.
Lo curioso era que esa estrategia no había nacido para salvarse del fraude. Había sido idea de la primera esposa de Ponti para poder lograr un divorcio legal. Algo imposible en Italia por entonces.
Pese a los esfuerzos de sus abogados, Sophia Loren fue condenada a 30 días de cárcel.
Lucha por limpiar su imagen
Para Sophía (que venía de haber sufrido hambre y de valorar la vida más allá del dinero) devino en vital la necesidad de limpiar su imagen del estigma de fraude.
Y es que la prensa la tildaba de persona interesada especialmente en la riqueza, que deseaba acumular capital sin atender a la responsabilidad de satisfacer los impuestos que debía pagar por ley.
Pese a la mala prensa, no cesaba de recibir numerosas cartas y cariño de sus seguidores.
Decidida a afrontar la situación, se entregó a las autoridades en su Pozzuoli natal. Ingresó en la cárcel y tras 18 días fue liberada.
¿Le dañó este suceso en su carrera?
Diría que no. Continuó trabajando y labrándose el camino con su talento y esfuerzo.
“Los errores son parte de la cuota que se paga por una vida plena”. Sophia Loren
La Mujer, con mayúscula
«En algún lugar de tu corazón, debes creer que eres dueña de una belleza especial como ninguna otra y demasiado valiosa como para abandonarla. Debes aprender a amarla». Sophia Loren.
Quienes han conocido bien a la Loren, aseguran que su filosofía desea ensalzar la figura de la mujer. Que la entiende con M mayúscula.
Considera que la mujer debe verse a sí misma sin minúsculas. Aprender a conocerse y a detectar aquello en lo que destaca positivamente. Ser consciente de qué es y qué no es. Esa autenticidad, ese quererse a una misma se vuelve “contagioso”.
«Nada hace que una mujer sea más bella que su propio convencimiento de que es bella». Sophia Loren.
Y no son pocas las frases inspiradoras que ha pronunciado relativizando la importancia de la belleza y el sex-appeal.
«La belleza es cómo te sientes en tu interior y se refleja en tus ojos. No es algo físico». Sophia Loren.
¿Belleza a prueba del paso del tiempo?
Tal vez la consecución tardía de su sueño maternal, tal vez la felicidad conseguida en su vida familiar y profesional… Algo en la Loren mejoraba con el paso del tiempo.
No nos engañemos: es octogenaria, por lo que no podemos pedirle una piel tersa o un aspecto joven.
¿Pero quién estaría tan estupenda como ella a los 60 haciendo un remake de un strip-tease?
¿Y cuál es su secreto para haberse mantenido joven durante tanto tiempo? Según ella:
«Sí hay una fuente de la juventud: está en tu mente, en tu talento y en la creatividad que llevas a tu vida y a las de tus seres queridos. Cuando hayas dejado correr sus aguas, habrás vencido a la edad». Sophia Loren.
Con arrugas o sin ellas. Con edad o juventud. Una cosa es indiscutible: Sophia Loren ha marcado una impronta indeleble en la historia del siglo XX y de su cine. Ha marcado, también, una huella de sensualidad en la mente de unos y de inspiración en la mente de otros.
¿Y a ti, qué te evoca la imagen de Sophia Loren?
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