Descubrir y enlazar creativamente tus competencias es vital para conocerte y desarrollarte como profesional. ¡No te pierdas mis consejos!
A la hora de definir y poner en marcha objetivos, el concepto de acotar puede despertar la sensación de estar mutilándolos. Hoy, os muestro cómo reconvertí esa tal vez castrante forma de diseñar futuros en otra distinta, que podríamos llamar descubrir, diseñar y sanear objetivos y que, al haber nacido de la propia necesidad de autoconocimiento y autorrealización, precisaba de un nuevo término que encajara con la acción y conmigo: así se gestó el concepto “arrosar”.
Hay momentos en la vida en los que tu cuerpo te pide marcha, acción, un cambio. Otros, ese cambio ha empezado, aunque no te hayas percatado de ello. Y esos cambios suelen traer de la mano un análisis de situación. De la situación actual, de cómo pensabas que ésta sería, de cómo quieres que sea la que te envuelta más adelante… Y para ello es preciso centrarse, desprenderse de lo supérfluo o contraproducente: sí, hay que acotar.
Existen personas sin objetivos, existen personas con muchos objetivos y existen personas con objetivos definidos. Todos ellos, considero, tienen la fortuna de poder descubrir y dibujar su propio camino conforme se conocen a sí mismos, advierten el potencial que existe en su interior y desarrollan la forma de sacarle jugo de forma sana y constructiva.
Soy de los afortunados que han podido ver en sí mismos características y competencias interesantes que poder llevar más allá. También soy de los afortunados que ha descubierto que su vida no tiene porqué ser de ninguna forma concreta, que incluso cuando parece que no tienes capacidad de elección ya estás eligiendo, que lo importante no es cuántas veces andes y desandes, sino como vivas tu trayecto.
En el reciente post Días de un Pasado Futuro, escribí sobre ello y os presenté un término que ha resultado gracioso por aquí y por allí: “arrosar”.
Y, si bien es cierto que acotar algo tiene de acortar y acotar, sería una verdadera pena que por prisas, por ímpetu o por reservar energías, acortáramos o cortáramos un valor relevante de nuestras competencias.
Por eso, decidí configurar una reinventable y particular forma de acotar, que distara de la imagen de obligación de deshacerme, olvidarme o postergar aspectos que llenan y han llenado mi existencia de sueños, ilusión y pasión en pos de lograr un objetivo definido. Porque ¿desde cuándo es necesario apartar aspectos que te llevan sentir pasión para definir tus sueños? Y lo que es más: ¿qué sentido tiene definir un sueño excluyendo aquello que te hace vibrar, que te impele al movimiento y que provoca que el esfuerzo y el tiempo invertido no pesen, sean ligeros, suaves y tan encantadores como una pequeña pluma blanca surcando y realizando piruetas mágicas bajo el efecto de tu aliento?
Cómo descubrir y enlazar creativamente tus competencias
- Googleé en mi espíritu, en mi corazón y mente, tomando todas las opciones que propagan sonrisas en mis labios y ojos cuando pienso en mi futuro, cuando visito mis recuerdos, cuando me descubro aún más en las palabras que usan para definirme los demás. Todas aquellas que me aportan bienestar y me llenan de una sensación de capacidad, de valor y plenitud.
- Ditavontisé una por una, desnudando con mi propio estilo y ritmo mis inquietudes… quería percibir de una forma más profunda qué me aportaban, qué podía aportar yo en ese ámbito, porqué me parecían una buena opción, qué opciones de futuro me aportaban, qué pasos podría dar más adelante…
- Sherlockholmeé un poco, indagando en busca indicios por aquí y por allí, aparentemente insignificantes, que denotaran una información que estaba ahí dispuesta para mí: nexos entre mis distintas inquietudes, que me portaron más nexos aún. Sorpresa tras sorpresa… tras sorpresa.
- Grouxomarxeé un poco, jugando con el sentido del humor, jugando con lo imposible, lo improbable, lo chocante, lo imprevisible… y descubrí más opciones, más nexos y el consecuente crecimiento de mi ilusión por continuar.
- Dalié una imagen de aquello que había hallado en mi “arrosamiento”, amplia, sin dejarme llevar por aquello que esperaba ver o que se pudiera esperar que pintaran mis manos. Observar de forma espontánea la entera imagen posiblemente surrealista, para así no permitir que las alas de mi ilusión se vieran recortadas, atadas o mermadas por esa horrible y ficticia “cortarrollos” que es para las mentes creativas en ocasiones la realidad.
- Coené, escribí mi guion como si fuese dos personas que actuaran como una misma: mi vertiente seria con mi vertiente dicharachera, mi vertiente analista con mi vertiente emocional… escribí, usé y redistribuí tarjetas, prácticamente dibujé mi storyboard. La guía no definitiva de mi mejor y más valioso viaje: mi vida.
- Reinadecorazonesé, mandando cortar los innecesarios pensamientos negativos, muchos frenos prescindibles, muchos pasos que no unían mis distintas facetas y que vistos de una forma crítica, perdían importancia o resultaban contraproducentes. Y mandé colorear todos mis rosales blancos de rojo, pero también de azul, de amarillo, de violeta…
Así que me encontré con que ampliando la visión, la propia, y la de cuanto me llena, visionándola como un precioso árbol de gran copa, pude ver que sí que resultaba necesario podar, aquí y allí, alguna rama sin frutos, alguna rama olvidada y reseca, alguna rama partida… pero, en general, mi árbol tenía un aspecto majestuoso, casi vibrante, poderoso. Y sólo tenía que cuidarlo y regarlo bien. Sólo tenía que sanearlo para insuflarle vida, mientras él embellecía la mía.
Y así es como llevé mi yo presente hacia la posibilidad.
Con el tiempo, tal vez me encuentre (como me encuentro muchas veces en mi faceta como persona a la que le gusta escribir), que debo podar, potenciar el crecimiento, aquí o allí. Y eso no significará que mi árbol deje de ser él mismo. Significará tan sólo que su desarrollo ha ido más allá, casi tomando vida propia. Significará que está aprendiendo a crecer por sí solo. Significará que habré realizado medianamente bien mi “arrosamiento”.
Y, si no es así, no importa: siempre puedo volver a empezar.
Como de costumbre, te convido a que me hagas llegar tus pensamientos en forma de palabras… podemos vernos las caras en Facebook, ya sabes que me encanta escuchar tus pío-pío en Twitter… ¡seamos los más en Google+! ¿Te apetecería tenerme cerca en tu familia profesional? ¡Entonces conecta conmigo en Linkedin! Y, si te apetece charlar más a la luz de las pantallas, en la intimidad… ¡ahí tienes mi dirección de correo electrónico o formulario de contacto! Todo ello en la columna de la derecha… ¿te animas? – See more at: http://porelcaminoazul.blogspot.com.es/2014/10/dias-de-un-pasado-futuro.html#sthash.rY1eGFtI.dpuf
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